De la pandemia al olvido: ¿Qué pasó con los cambios que prometían un futuro más sostenible?

En 2019, la humanidad estuvo al borde del colapso por la emergencia sanitaria derivada del Covid-19, una pandemia que, en teoría, cambiaría nuestra manera de vivir en el planeta. Si bien se cambiaron de forma momentánea muchos de nuestros comportamientos y hábitos, como la reducción de viajes urbanos, el uso de la tecnología digital y hábitos sanitarios, en 2024 vemos cómo esos cambios ya son cosas del pasado, un recuerdo para muchos, hasta gracioso, de las maromas para limpiar los alimentos que traíamos del mercado.

En Latinoamérica estamos atravesando una crisis, una de las tantas que tenemos, por el acceso a fuentes hídricas para agua potable y generación de energía eléctrica. Entre 2022 y 2023, Uruguay enfrentó una severa sequía que puso de manifiesto la fragilidad de nuestros sistemas hídricos y energéticos. Las autoridades informaron que los niveles de agua en los embalses estaban en mínimos históricos, lo que generó una crisis en el suministro de agua potable y la generación de energía eléctrica.

Debido a la actual crisis en Colombia, hoy todos estamos alarmados atendiendo las recomendaciones para el ahorro de agua o modificando nuestros comportamientos y hábitos para evitar recargos en las facturas de servicios públicos.

Sin embargo, cabe la reflexión: ¿Estas acciones que hoy adoptamos para ahorrar y preservar un invaluable recurso como el agua perdurarán en el futuro inmediato? Es decir, si la pandemia del Covid-19 nos llevó a evitar viajes de la casa a la oficina porque el trabajo remoto podía respaldar las actividades, pero en el último año retomamos la cotidianidad en la congestión vehicular, ¿qué nos hace pensar que continuaremos almacenando aguas lluvias para lavar pisos y otras zonas de nuestros hogares?

En tiempos de crisis, somos expertos en la adaptación, pero ¿por qué tendemos a olvidar con tanta facilidad las lecciones aprendidas? ¿Cómo podemos asegurarnos de que las medidas de ahorro de agua que implementamos hoy no sean simplemente una solución temporal, sino un cambio permanente en nuestro estilo de vida?

Es esencial que consideremos estos puntos y mantengamos una mirada crítica sobre nuestro comportamiento pasado, presente y futuro. Solo así podremos asegurar un mundo más sostenible para las generaciones venideras. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros, y el compromiso diario es la clave para un futuro mejor.

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