#SWAméricas, imposible no hay nada

Aun recuerdo el momento en que le respondí el chat a Sr. Pasajero: Pille pues, ¿qué tal si hacemos un Startup Weekend que tenga participantes de toda América? – Dije entonces: Suena bien pero, ¿qué hay que hacer? – Pasajero: Pues hacerlo que más que eso. Debo reconocer que tuve todas las oportunidades para decir que no, que tenia mucho trabajo, que debía atender millones de cosas o que mis fieles e igual de locos compañeros, Mónica y Oscar estaban ocupados y que por lo tanto mejor lo dejábamos para después.

Pero la sola idea de convocar participantes, mentores y jurados del continente me llevo a pensar, mejor digo que si y lo hacemos a estar arrepentido por no intentar. Fue así como tocamos muchas puertas, con una loca idea, diez diapositivas y muchas ganas, encontramos los socios ideales para este propósito en la ciudad de Manizales, el tiempo y la historia se encargarán de confirmar que fue una buena sociedad. Listo, todo definido con los representantes de las entidades, abrazos y estrechones de manos.

Cada uno de nosotros volvió a sus actividades teniendo en cuenta que tal vez más adelante debíamos reunirnos para hablar del Startup Weekend Américas edición Mega. La sorpresa llegó después del UP Global Summit que se realizó en Las Vegas, un correo de Pasajero diciendo, listo arrancamos, fijemos fecha y le damos.

Así fue cómo llegamos el 26 de septiembre de 2014 a organizar el Mega Startup Weekend Américas, primera edición. Deseo que pronto alguien realice la segunda y esta sea una excusa para fortalecer las comunidades de nuestra región. El evento tuvo para mi un especial significado, pues fue la oportunidad de conectar a muchas personas entre sí, personas que tienen diferentes culturas, experiencias, sueños y vidas, pero comparten la pasión por aprender.

Durante tres agitados días vi como muchos rieron, otros no tanto, casi sufrieron todo el fin de semana con la frustración de ver que sus ideas y la vida real eran a veces incompatibles, pero nada los detuvo y el domingo llegaron con pocas fuerzas pero con muchas y buenas experiencias para aplicar en sus vidas. Lo anterior lo vi en los participantes, pero ya después de una semana del evento, lo he leído en los correos electrónicos, mensajes directos y varias publicaciones de los mentores y jurados; el #SWAméricas fue una importante experiencia para muchos.

También lo fue para mi y sin desconocer el gran esfuerzo de mis compañeros para la realización del evento, esta vez contaré el evento desde mi óptica. Previo al #SWAméricas vivimos el UP Latam Summit, un encuentro para conocer otros miembros de la comunidad que en realidad son fuente de inspiración para lo que estamos haciendo en Colombia, muchos de ellos me confirmaron la importancia del trabajo en equipo, el ser propositivos y la critica con fines netamente constructivos. Se hablaron muchas cosas en este encuentro y esto nos dará un gran trabajo para ejecutar las actividades planteadas.

Por estar pendiente de algunos temas del evento siguiente tuve que retirarme del Summit y perdí la oportunidad de escuchar el Panel de Colombia, un país emprendedor. Algunos comentarios me dicen que las entidades gubernamentales llegaron con su “flamante argumento” de todo lo estamos haciendo bien porque estamos invirtiendo; será esperar a que se de otra oportunidad para escucharlos.

Pero mi retiro tuvo una buena razón, debía encontrarme en un aeropuerto con algunas de las personas que nos acompañarían como mentores en el #SWAméricas. Por razones del vuelos y aerolineas debí esperar con una de ellas durante un tiempo a otro mentor, un poco más de una hora para compartir un café de Colombia y una charla sobre Gobierno Electrónico, la charla por naturaleza fue espectacular, conocer nuevos conceptos, coincidir en otros y entender que el camino que recorremos nos podrá llevar a buen destino fue algo gratificante. De regreso a la ciudad compartí con mis acompañantes algunas historias de nuestra Colombia, de la magia de nuestras montañas, la riqueza de nuestra gastronomía y hasta algunos términos que no se deben repetir en público para evitar lesionar al auditorio.

Viernes 26, hace rato pasamos el punto de no retorno y ahora superar una programación propuesta por las entidades locales y luego a esperar la llegada de más de 300 participantes al primer evento que reunió en Colombia talento proveniente desde California hasta la Patagonia.

Nada de nervios, ni siquiera para subir tres metros sin “línea de vida” para organizar la publicidad de un sponsor, la adrenalina se apodero de mi, al punto que corrí en repetidas ocasiones de un lugar a otro para llevar papel, marcadores, stickers y otros elementos, creo que le gane a Santiago Savala y su entrenamiento para la Maratón. Al llegar a cada punto del evento, con poco aíre en mis pulmones por la altura, había un nuevo requerimiento, alguna necesidad que no daba espera, sin embargo lograba ver pequeños grupos de personas intercambiando ideas, dibujando diagramas, explicando a nuestros amigos mexicanos porque les daba risa la palabra “Pitchar”.

Otra vez de vuelta a la acción, correr de un lugar a otro, aceptar con humildad que algo no había quedado listo y debía corregirse, saludar, posar para un foto (pocas de hecho), contestar el teléfono y ser detenido por un desprevenido participante que me decía: oiga que bueno todo esto, vengo desde Arauca y nunca creí que iba a estar en un evento así. Sonrisa, abrazo y a seguir corriendo, de repente me dan las 3:20am y me percato que ya es hora de revisar algunas cosas con el equipo de trabajo.

Sábado 27, un nuevo día luego de dormir unas pocas horas y de cruzar los dedos para que las distancias entre el SENA y el Hotel sufran una reducción así sea de orden cuántico; iniciamos la jornada. El animo de los participantes refleja lo bien que la están pasando, así como muchos de los mentores; hasta aquellos que provienen de otras comunidades y están acostumbrados a otros formatos y eventos. Tuve la oportunidad de recorrer todo el evento en compañía de uno de ellos y aprender mucho de lo que en su país hacen por el emprendimiento y validar que nosotros vamos bien.

Un mensaje me alerta sobre algo que debemos resolver, salgo corriendo al punto de abastecimiento pero en el camino veo un participante sentado en un sofá dialogando con un mentor, ambos se notan concentrados en la charla y me parece importante dada las pocas oportunidades que ha tenido ese participante en particular de validar sus buenas ideas en un entorno diferente al de su aula, según el mismo me contaba días atrás. Casi 50 minutos después pase de nuevo por aquel sitio y aun participante y mentor seguían dialogando, luego vi que se despidieron así que fui hacia el mentor y le agradecí por haber dedicado tiempo y guiar a este miembro de nuestra hoy gran comunidad. Momentos después recibí una palmada en la espalada y el participante que duró mucho tiempo hablando con el mentor me dijo: gracias, esto ha cambiado mi vida.

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En resumen, esas situaciones se repitieron hasta el día domingo y durante la final del evento, por eso, a pesar de las difíciles situaciones que se presentaron como en todo evento, considero que todo sirvió para impactar de forma positiva la vida de muchos; la mía por ejemplo, valoro las palabras de alimento que recibí de mentores, participantes y los miembros del staff de UP Latam.

Este evento sacó a flote todos esos cliches que odio, como que ha marcado mi vida, ha partido en dos la historia de las comunidades en nuestra región, etc, etc. Pero es que en realidad ha sido así, el #SWAméricas demostró que imposible no hay nada… ni que yo escriba.

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