El problema no es Uber

 En el año 2006 trabajaba para una empresa de telecomunicaciones que presta servicios en toda Latinoamérica, dentro de los principales se encontraban los canales de datos MPLS y canales de Internet Dedicado para el sector corporativo. Por las características de los servicios y sus costos el mercado masivo no era el segmento de esta compañía; sin embargo encontrábamos solicitudes de empresas pequeñas, unipersonales o personas que requerían de estos servicios para sus modelos de negocio, así fue cómo en una ocasión atendí un requerimiento para llevar a través de canal dedicado de Internet un alto tráfico de llamadas telefónicas que en ultimas serían llamadas VoIP.

Como tal la solicitud era simple, un canal dedicado de Internet de 10Mbps, pero parte de nuestra estrategia comercial para garantizar la satisfacción del cliente era el acompañamiento a través de servicios profesionales, por ello junto al cliente analizamos los escenarios para la prestación del servicio y encontramos ciertas barreras de orden normativo, por ello el cliente entonces decidió enviar todo el tráfico de llamadas a través de un canal de datos hasta Miami, donde la terminación a los números de destino se realizaría con una pasarela conectada a la PSTN. Listo, superada la barrera normativa.

Hoy que veo el caso Uber en Colombia recuerdo que en ese momento pensé que más allá de las barreras normativas, la legislación colombiana es totalmente análoga, quiero pensar que desde la ley 1341 de 2009 eso cambió un poco. Sin embargo vale la pena reflexionar sobre algunos puntos.

La legislación el Colombia se da por proyectos de Ley presentados por congresistas de pensamiento y cultura análoga en su totalidad (inserte aquí imagen del Senador Gerlein), por “fortuna” ahora encontramos algunos, un grupo reducido, de congresistas con algunos conocimientos y apropiación de la cultura digital, pero no son masa crítica en el Congreso.

Los Ministerios, así los comerciales y contenidos que encontramos en la red digan que se viene actualizando el Estado, continúan trabajando como islas. Sí, es cierto que hay proyectos que avanzan desde MinTIC y en particular desde el Viceministerio TI para lograr conectar todo el Estado y lograr algún día que consulten mis datos en la EPS para así evitar exámenes médicos para la renovación de mi licencia de conducción. Pero la realidad hoy es que cada uno va por su lado y estos ministerios que tienen a cargo los diferentes sectores se van por lo normativo, ceñidos a la ley (análoga 100%) sin tener en cuenta la evolución de los sectores y las necesidades mismas de los colombianos.

Aunque nadie tendrá la capacidad de demostrarlo, mucho de lo que tiene que ver con la legislación está supeditado al interés de grupos económicos y eso se ve en todos los sectores, así que es muy complicado que en realidad se trabaje desde lo legislativo, normativo y ejecutivo para el interés común.

Entonces, ¿Qué nos espera a los usuarios? Difícil responder ante posiciones como la del Ministerio de Transporte y su Ministra:

Si tenemos en cuenta esta posición entonces otras aplicaciones para solicitud de transporte también estarían en ese limbo que raya, según ellos, con la ilegalidad. Es la regulación a nivel del servicio de transporte la que requiere una actualización, que debe ser hackeada para que de esa forma tengamos una evolución coherente con la realidad de nuestras necesidades y las ofertas de servicio.

Otra muestra de la desarticulación del Estado y en este caso de los Ministerios, es la promoción de MinTIC de la estrategia Taxi 4G, que estimula el ecosistema de aplicaciones para solicitar el servicio de Taxi, los contenidos y la publicidad digital, así como los servicios de valor agregado para los usuarios, así y todo, MinTransporte solo ve como ilegal el servicio especial, amparándose en una norma desactualizada para la realidad del país y que si la siguiera al pie de la letra, debería estar revisando todos los modelos establecidos desde el uso de las aplicaciones para solicitud de servicio de transporte.

Finalmente MinTrasporte se pronuncia bajo las líneas de normas totalmente análogas, interés y presiones de gremios, dejando de lado las necesidades de los usuarios en una visión errada de lo que es trabajar para el beneficio común. Así que el problema no es Uber, es la legislación y nuestra pasividad camuflada en la costumbre de que así es Colombia, el país más feliz del mundo con las más profundas crisis sociales, desigualdades y de escasas oportunidades.


Dato final: Uber informa que ya tiene una versión para empresas, es decir, servicio para solicitar transporte por parte de los empleados de una empresa y que la tarifa se pague desde la tarjeta de crédito corporativa, mas información aquí. Así sigue la evolución del servicio en el mundo, pero “nuestros sabios” dirigentes saben que es mejor rendirse ante unos pocos que evolucionar.

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